"Sinforosa...."

SINFOROSA….

Rigoberto Márquez Dávila

Sinforosa tenía sus manos moradas de limpiar cambures verdes, esconchar nueces y maltratadas por el trabajo de campo. La llamaban “La Machorra” porque trabajaba como un hombre y llegaba montada en una burra al pueblo y a pescozadas limpias terminaban con los pleitos que se formaban en las esquinas. Su burra la tenía para cargar maleticas de cambures, leña y pacas de papelón. Tenía una haciendita de café, pero tenía un vecino que cada año le corría los linderos a favor de él, para que su tierra fuera más grande a cambio de la tierrita de Sinforosa. Una vez perdió la paciencia y se fue a las oficinas del gobierno a denunciarlo, pero en la Junta Comunal, ni en la Prefectura, ni en el Juzgado le tomaban en cuenta su denuncia “esas son vainas de esa loca, usted no ve que anda montada en una burra” decían en las oficinas. Pues como en Calderas no le tomaron en cuenta su reclamo, se fue a la capital del Estado donde era Presidente del Estado Barinas el General Don Sálvano de Jesús Uzcategui. Sudorosa llego, solicito audiencia para hablar con Don Sálvano, pero como le negaron la entrada, lo espero en la puerta del despacho; al medio día salió el General, ellos se conocían porque Sinforosa había trabajado en su casa como “sirvienta”; los dos se alegraron al versa. Que hace por ahí Sinforosa? le pregunta el General; ella le dijo: vengo a hablar con Usted porque el desamparado no ha nacido; ella le conto el problema y Don Sálvano le dijo: Váyase para Calderas, que yo voy a mandar unos oficiales para que le solucionen el problema con el vecino. Así fue, a los pocos días llegaron nos empleados del Gobierno, llamaron al vecino de Sinforosa al tribunal y lo obligaron a retirarle los linderos y de paso le hicieron que el vecino le pagara las seis cosechas de café que la había robado a Sinforosa. Sinforosa vivía en La Esperanza y falleció en el año 1944.