La Plaza Bolívar de Calderas, Barinas

La Plaza Bolivar de Calderas, Barinas
Rigoberto Márquez Dávila.
Para el año 1930 la Plaza Bolivar de Calderas apenas eran unos ciento cincuenta metros cuadrados de terreno enmontado con ”yerba de toro”, un arbolito de naranja agria que estaba frente a la casa parroquial. Este naranjo servía para amarrar el ganado que iba a ser llevado al matadero, nada de estatuas ni de asientos. Ya cuando se aproxima el centenario del fallecimiento de nuestro Libertador, los caldereños se propusieron en conmemorarlo y fue cuando buscaron a los carpinteros – ebanistas Jorge Briceño y Fortunato Aponte para que esculpieran en un tronco de cedro unas ramas de laurel, fueron y lo sembraron en la mitad de la plaza y así con ese símbolo el pueblo en compañía de los maestros y discípulos hicieron el homenaje al padre de la Patria. El discurso lo pronunció la niña Atilia Shangarotty (tía de Orlando Araujo), Doña Atilia maestra y también eran maestros: Don Alfredo Araujo, Doña Ana teresa Fonseca, Don Pedro Martinez; por cierto ese día el 17 de Diciembre de 1930 nació el Doctor Francisco Ruiz Becerra. Ahora nos referiremos al año 1942, cuando el cantenario de haber llegado los restos del Libertador a Caracas. Esa vez los caldereños Angel María Moreno, Don Antonio Ramón Vivas, Don Manuel Ramón Aranguibel y el cura de la parroquia se propusieron en conmemorar la fecha patria y les llegó la idea de darle una cara nueva a la plaza; esa vez construyeron el pedestal y unos banquitos. Para levantar el pedestal recolectaron un dinerito para comprar el cemento y buscaron al maestro Manuel Olivar para que se encargara de la obra; y para la estatua Don Manuel Ramón Araguibel –primer director de la Escuela Miguel Guerrero- habló con Don José Manuel Ameliache para que les ayudara a conseguirla; así fue, el inspector hizo las gestiones y le regalaron un bronce que estaba en el “Colegio José Vicente Unda” de Guanare.